PEDALEA SIN CONTAMINAR
El automóvil se ha convertido por derecho
propio en uno de los mayores inventos de la historia de la humanidad, quizás el
más importante si hablamos de los medios de transporte. Sin embargo, no serán
pocos los que renieguen totalmente del mismo, seguramente cuando por la mañana
deben coger su carro para dirigirse a su puesto de trabajo, un proceso que
puede durar más de la cuenta y obligarles a sufrir algún que otro atasco. Si
pensamos en el caso de ciudades como Caracas, es difícil cuantificar cuantos
carros recorren sus calles y avenidas en las llamadas horas punta, cuando la
gente se desplaza de su casa al trabajo o viceversa.
Si esto fuera poco, todos esos carros
tienen alguna que otra repercusión negativa más, las cuales van más allá del
estrés y agobio que generan en sus conductores. Si seguimos hablando de sus
dueños, estos mismos tienen un gasto considerable en combustible, ya que el
vehículo necesita pasar obligatoriamente por una gasolinera de vez en cuando
para seguir prestando su servicio al dueño. Pero del mismo modo, el grueso de
la población sufre el uso particular de los carros, ya que los automóviles
expulsan una gran cantidad de gases tóxicos a la atmósfera, los cuales además de
hacer que el aire huela mucho peor, provocan nocivos efectos en la salud de
todos, algo que se extiende a la flora y la fauna, que también padece la
contaminación de los automóviles.
En base a esta situación, en la que los
conductores se estresan a los mandos de una máquina contaminante, es lógico que
se piense alguna alternativa en vez de comprar un carro. Una
bastante recomendable es optar por compartir carro o tomar el transporte
público, pues siempre será menos contaminante un carro con cuatro ocupantes o
un autobús con sesenta que cuatro o sesenta carros con un único usuario. Sin embargo, esta opción sigue
obligando a los sufridos trabajadores soportar el tráfico y los atascos de cara
al trabajo.
Por esto, la bici se presta como la
alternativa perfecta al uso del carro por la ciudad. Es cierto que Caracas no
es una ciudad tan adaptada al uso de las bicicletas como pueden ser Ámsterdam o
Pekín, pero esto es algo que puede cambiar simplemente aumentando el número de
usuarios de estos vehículos. La bici es sin duda la mejor alternativa para
desplazarnos de nuestro hogar a nuestra puesto de trabajo, ya que nos ofrece
una gran cantidad de ventajas que pueden hacer que veamos nuestros
desplazamientos por la ciudad de una forma totalmente diferente.
- Protege el medio ambiente. La
bicicleta es ante todo un medio de transporte ecológico, ya que funciona
mediante nuestra propia tracción, con lo que el consumo de combustible es
cero. De este modo, su uso no implica ninguna polución contaminante. Del
mismo modo, sus elementos de construcción son menos dañinos que los de un
carro, por lo que su reciclaje es mucho más sencillo y menos perjudicial
para la naturaleza.
- Cuida tu salud. El hecho de que nosotros hagamos funcionar la
bicicleta tiene más beneficios para nosotros de los que podríamos
imaginar, ya que al mismo tiempo que nos desplazamos estamos haciendo
ejercicio. Con esto estamos ganando calidad de vida y mejoramos nuestro
aspecto físico, pues conseguimos un cuerpo mucho más sano y tonificado.
- Mejora tu economía. Una bicicleta no es sólo mucho más barata
que un carro, sino que su propio mantenimiento es prácticamente
inexistente. Es fácil encontrar una bici barata en páginas de anuncios gratis en la web. Pero
una vez que tengamos la bici en nuestro poder, no tendremos que gastar
dinero en combustible, además de que su puesta a punto la podemos hacer
nosotros mismos, evitando las cuantiosas revisiones y reparaciones de un
mecánico.
- Aumenta tu diversión. Por último, no podemos pasar por alto que una bicicleta es ante todo un medio de transporte divertido y ameno. No sólo nos permite disfrutar de los paisajes urbanos, sino que además podemos evitar fácilmente cualquier atasco o problema derivado de la circulación. Con una bici, dominamos mucho más la calle, ya que nos permite mucha más maniobralidad que un carro.
Colaboración: Liliana Costa
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